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lunes, 14 de enero de 2013

Una planta de empleados muy reducida conspiró durante las dos primeras décadas contra el desarrollo del Museo Público.

Hugo P. Castello, 2013.  MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara". 



El puesto de “Encargado del Museo” que en los últimos años había sido desempeñado por el boticario Santiago Torres, duró hasta el 29 de Julio de 1864, cuando finalizó a raíz de las quejas de Burmeister en contra del boticario por la pérdida de ejemplares mal taxidermizados y porque no entregaba copia del inventario del museo...
El decreto provincial de esa fecha declaró suprimido el empleo del "Encargado del Museo" y del "Portero" por lo que ambos fueron removidos y de esa manera el inventario del Museo reclamado por el director llegó a su poder, después de una extensa espera. (AHMACN No.52)
Durante los primeros cuatro años de su gestión (1862 a 1865) el Museo contó solamente con el portero y con la ayuda de un taxidermista alemán.
El puesto de portero databa desde 1856 y siempre fue el peor remunerado de todos, por lo que en repetidas oportunidades Burmeister se vio obligado a solicitar al gobierno el desplazamiento del portero y el nombramiento de uno nuevo. La proporción entre el salario del director y el portero fue siempre de 1 a 12. En 1884 la escala salarial habría de transparentar una situación de explosiva desigualdad entre empleados rasos y personal jerárquico.
Como consecuencia de ellos Burmeister se vio obligado a oficiar simultáneamente de director, bibliotecario, guía, preparador y naturalista viajero. Todas esas penurias derivaban de las dificultades producidas por  un presupuesto que apenas alcanzaba para los gastos ordinarios. Pero eso no le impidió a Burmeister solicitar fondos para ampliar el número de salas del Museo o venderle al gobierno su colección particular de libros para ingresarlos a la biblioteca del museo.
En 1865 se sumó al plantel el cazador y ayudante Luís Moser. En 1868 se agregó un segundo cazador, Federico Schulz, y un preparador, Luís Jorge Fontana, quien en 1871 abandonó el cargo para aparentemente desempeñarse como conservador del gabinete de historia natural de la Universidad. La vacante fue ocupada recién en 1875 por José Monguillot, primer taxidermista de nota desde la época de Ferraris.

Congelamiento de vacantes en el gobierno

El 25/4/1874 se congelan las vacantes en la administración provincial (AHMACN No.482) y se le comunica la decisión al Museo. En 1876 se les reduce el salario a los empleados del museo. Todo esto derivado de una crisis económica que se arrastró entre 1873 y 1876 (5).

Sin embargo desde 1873 a 1876, el Gobierno creo el nuevo cargo de Inspector (1) que  fue desempeñado por el Dr. Carlos Berg, que había trabajado por contrato como conservador de entomología del Museo de Riga, quien debió renunciar mas tarde al Museo Público cuando éste le comunicó a Burmeister que había aceptado, sin previo aviso,  un puesto de encargado del Gabinete de Historia Natural del Colegio Nacional de Buenos Aires. La plaza, por decisión de Burmeister no fue cubierta y el puesto fue posteriormente .suprimido del organigrama...
Desde 1865 a 1883 el plantel estuvo reducido a cuatro empleados, un director, un preparador (de piezas taxidermizadas), un cazador y un portero.
Donde existió cierta estabilidad fue en los cargos del preparador y del cazador, en los cuales se desempeñaron respectivamente Monguillot (que durante cuatro años previos fue portero) y Moser.
En 1884 al convertirse la ciudad de Buenos Aires en la Capital Federal de la Nación, el Museo Público de Buenos Aires, al no ser trasladado a la ciudad de La Plata, se convirtió en Museo Nacional de Buenos Aires.
Fue en ese entonces que el Poder Ejecutivo autorizó la ampliación de su planta estable incorporando dos nuevos puestos de trabajo (naturalista viajero y preparador general): siendo el director, Burmeister); inspector y bibliotecario, Sr. Agustín Péndola, quien  ingresó en 1882; el naturalista viajero, don Enrique de Carlés; el  preparador general José Monguillot, un cazador y ayudante del preparador, Sr. Luís Moser, y el portero Francisco Hermida.
Dos años antes (1/3/1890) de su fallecimiento, Burmeister preocupado por las quejas de los empleados, elevó una nota al ministro de Instrucción Pública, Filemón Posse, y expuso el cuadro de situación:
"[Debo reiterar mis proposiciones, solicitando no solamente aumento de sueldos para cada uno de los empleados, sino también aumento de personal [...] no olvide recordar que el número de empleados del Museo Provincial de La Plata pasa de treinta, contando los empleados extraordinarios, y que el Museo Nacional del Brasil, en Río de Janeiro, tiene también más de veinte personas empleadas en la conservación y aumento de los objetos. Nuestro Museo Nacional no tiene más que tres" (Burmeister en Birabén, 1968: 38).

Notas:
(1) Burmeister había planteado la necesidad de contar con un Inspector del museo al Gobernador de la Provincia durante  su visita al Museo en 1870. Baltasar Friebling, de origen austríaco fue propuesto por Burmeister como Inspector del Museo con un salario de 3000 p.m.c y solicitó además la cifra de 6.000 p.m.c. para costear el traslado por vapor desde Europa a Buenos Aires (AHMACN º 341: 10/10/1871).
2) El 30/11/1871 el Ministro Malaver aprobó dicha solicitud y modificó el presupuesto provincial para crear el puesto de Inspector del Museo. (AHMACN º 349).
3) Por falta de una persona que cuidara del Museo los días domingos se lo designa a la Sr. Moser como portero 2l 27/6/1871 (AHMACN Nº 381).

4) El 18/2/1875 es designado portero por acuerdo del Ministro (AHMACN Nº 443).

5) El sistema económico liberal, enfrentó entre 1873 y 1876 una grave crisis que puso en duda su eficacia por la excesiva dependencia de los mercados extranjeros. La crisis fue desencadenada por factores internos y externos, a saber:
En 1873 Francia terminó de pagar la indemnización que anualmente entregaba a Alemania como consecuencia de la Guerra Franco- Prusiana. Originó la disminución del capital que Alemania destinaba a la compra de productos. El comercio internacional sufrió una retracción de la demanda que afectó a los países industrializados y repercutió en el nuestro por su dependencia de las exportaciones y su calidad deudora de las grandes potencias.
Las grandes potencias disminuyeron sus importaciones, lo cual produjo una baja generalizada de precios que afectó a las lanas y cueros.
Aumentaron los intereses en el mercado de capitales, originando la retracción de los que afluían del exterior y el crecimiento de la deuda.
En el orden interno: el país consumía más de lo que producía, existían excesos del gasto público y privado, había excesiva acumulación de metálico en los bancos provenientes de los préstamos exteriores, la balanza comercial era desfavorable, y la disminución de la recaudación aduanera creaba dificultades al gobierno nacional.
La inestabilidad política derivada de la revolución mitrista de 1874 agravó la situación. Avellaneda enfrentó la crisis con un plan defracionista basado en la reducción del gasto público a la vez que buscaba alternativas para incrementar la producción:
Disminuyó sueldos y empleos; suspendió momentáneamente la construcción de obras públicas; suspendió la contratación de empréstitos, decretó la inconvertibilidad del papel moneda. Tomado de Internet: Historia Económica argentina.

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