El viejo edificio
del establecimiento del museo presentó, a lo largo de las tres décadas en que
Burmeister fue su director, numerosos problemas edilicios, entre ellos: la
escasa luminosidad de las salas, la humedad producto de las filtraciones de una
azotea deteriorada y abandonada, salas de dimensiones muy reducidas para
exhibir los esqueletos de ballenas o grandes fósiles, la imposibilidad de
incorporar a la exhibición las mejores piezas que el Museo iba adquiriendo, y
la falta de un cuarto para alojar las publicaciones de la biblioteca cuyo
acerbo iba en aumento. Posiblemente a
raíz de su edad o por que vislumbraba el enorme esfuerzo que le hubiera
significado mudar las colecciones del viejo edificio a uno nuevo o a uno más
amplio, Burmeister se resignó, a pesar de las carencias, a continuar sus tareas
en el antiguo edificio, pero no dudó en solicitar numerosas ampliaciones y la
construcción de nuevas salas.
La
primera obra que encara Burmeister es la ampliación de la superficie del museo
en 1863, y le solicita un presupuesto y planos al arquitecto alemán von Arnim,
un paisano, con un costo total de 30.000 pesos m/c, el cual fue aprobado por el
Ministro Mariano Acosta, el 16 de octubre de 1863.
En
una segunda etapa, que no estaría documentada, mandó construir un zaguán
correspondiente a la única entrada por la calle Perú 208, el que desembocaba a
una escalera de madera que permitía el acceso del público al primer piso. En
ese zaguán se exhibían posteriormente un cráneo de ballena y otras piezas
llamativas (caparazones de tortugas). A un costado del zaguán y en un sector
lindante con la esquina de las calles Perú y Potosí acondicionó un cuarto y
alojó en él a la biblioteca.
A inicios de la década del 70 Burmeister emprendió varias obras para
aumentar la capacidad de almacenaje y de exhibición del establecimiento.
Entre
los años 1868 y 1870 hizo construir contra la pared posterior de la
Iglesia de San Ignacio (el
testero) y sobre el patio de la
Universidad una nueva sala
o laboratorio, dos cuartos, y la instalación de una escalera caracol, tres
chimeneas e instaló el techado de la azotea, con un costo total de 74.070 p.m.c.
Plano arquitectónico de la sala cuya construcción solicitó Burmeister
en 1868 y se construyó en 1870, en el patio contra el testero de la iglesia San
Ignacio. La obra fue finalizada el 21/12/70.
Entre
los años 1871 y 1872 intentó, en numerosas oportunidades, conservar la bóveda y
reparar la azotea del antiguo edificio para lo que solicitó 25.000 p.m.c. y
fracasó en su intento por falta de fondos, o por que la obra solicitada
superaba la altura estipulada por ley para esos edificios.
Durante 1875 logró cerrar el corredor lateral del primer piso, que
enfrentaba al patio, para depositar ahí los cajones con material colectado en
las expediciones. También logró que se refaccionaran los techos del edificio
para evitar futuras filtraciones de agua de lluvia, por un monto total de 120.000
p.m.c.
En 1881 logró el presupuesto (17.929 p.m.c.) para construir un salón
anexo a la biblioteca con el propósito de alojar en él los libros comprados en
el exterior, y ese mismo año, para evitar que se profundizaran las rajaduras de
la pared lateral sobre la calle (Potosí) Alsina, obtuvo otros 10.000 p.m.c.
para la colocación de llaves de hierro con la resistencia suficiente como para
contener el movimiento de los muros y evitar un derrumbe.
Muchas de estas obras fueron realizados con el concurso del arquitecto
alemán, Fernando Moog (1), a quien Burmeister le pagaba con fondos del
gobierno, luego de lograr que el Ministro y el Colegio de Ingeniería aprobaran
los planos, y el presupuesto correspondiente.
Nota
(1) El arquitecto Fernando Moog
Nació en Alemania en 1837 y falleció en Buenos Aires en 1905. Se había
graduado en Kaiserlautern y arribado a la
Argentina,
en 1863, donde se recibió de agrimensor en 1868. Tuvo a su cargo los proyectos
de los edificios y depósitos del Ferrocarril de Sur y en 1876 del edificio del
Hospital Alemán. Estuvo a cargo de la construcción de diversas sucursales del
Banco Nación en Rosario y Santa Fe, y numerosas residencias particulares. Fue
además quien proyectó el Mercado Modelo de Plaza Lorea y el Mercado Central de
Frutos de Avellaneda (Barracas al sur), ambos desaparecidos”. .El de Avellaneda
en 1889 fue "considerado por entonces el
wool dock más grande del mundo".También fue el responsable de un
conjunto arquitectónico terminado en 1893, que comprendía a la
Sala del Teatro
Odeón-donde en 1896 ser realizó la primera exhibición cinematográfica del país,
el hotel Roi y una famoso restaurante, el Royal Keller, local que luego pasó
por varios usos.
(2) Arquitecto alemán Otto von Arnim
El Dr. H. Burmeister le encomienda en 1863 la
primera obra de ampliación del Museo Público. Este arquitecto interviene en
numerosas obras como consultor y director, y desarrolla trabajos relacionados
con obras en el puerto de Buenos Aires y trazados de ramales ferroviarios. Construye
el Puente Alsina (1858), con uso de la madera que fue un alarde tecnológico
para la época.
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