Hugo P. Castello, 2013. MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".
La Asociación de Amigos de la Historia Natural de la Plata, fundada en 1854 tuvo como el principal objetivo el de conservar y fomentar el Museo Público del Estado. Durante 8 años llenó un vacío entre el momento de la caída de Rosas en 1852 y la llegada de Burmeister a la dirección del Museo en Febrero de 1862. En ese lapso las colecciones se incrementaron sustancialmente, sin embargo, según Burmeister, no se cumplió con esa esperanza, y llegó a la conclusión que dicha “Asociación no existía en realidad, por falta de un centro vital en ella”. Por estar el museo sito en el mismo edificio que ocupaba la universidad, y porque décadas atrás el museo había estado bajo la orbita presupuestaria de la universidad y había prestado instrumentos de Física al colegio dirigido por el Rev. Padre Majesté, ubicado en la misma manzana, existían estrechos vínculos académicos entre el Museo y la Universidad. El Rector de la misma, J. M. Gutiérrez dio en todo momento su apoyo al Museo y a su primer Director científico, de ahí que en 1866, Burmeister con el apoyo del rector de la Universidad de Buenos Aires decidiera fundar la Sociedad Paleontológica de Buenos Aires, cuyo principal fin sería el de estudiar y dar a los fósiles del territorio del entonces Estado de Buenos Aires y fomentar el Museo Público en su marcha científica.
La Asociación de Amigos de la Historia Natural de la Plata, fundada en 1854 tuvo como el principal objetivo el de conservar y fomentar el Museo Público del Estado. Durante 8 años llenó un vacío entre el momento de la caída de Rosas en 1852 y la llegada de Burmeister a la dirección del Museo en Febrero de 1862. En ese lapso las colecciones se incrementaron sustancialmente, sin embargo, según Burmeister, no se cumplió con esa esperanza, y llegó a la conclusión que dicha “Asociación no existía en realidad, por falta de un centro vital en ella”. Por estar el museo sito en el mismo edificio que ocupaba la universidad, y porque décadas atrás el museo había estado bajo la orbita presupuestaria de la universidad y había prestado instrumentos de Física al colegio dirigido por el Rev. Padre Majesté, ubicado en la misma manzana, existían estrechos vínculos académicos entre el Museo y la Universidad. El Rector de la misma, J. M. Gutiérrez dio en todo momento su apoyo al Museo y a su primer Director científico, de ahí que en 1866, Burmeister con el apoyo del rector de la Universidad de Buenos Aires decidiera fundar la Sociedad Paleontológica de Buenos Aires, cuyo principal fin sería el de estudiar y dar a los fósiles del territorio del entonces Estado de Buenos Aires y fomentar el Museo Público en su marcha científica.
.Dr. Juan María Gutiérrez, Rector de la Universidad de Buenos Aires (1861-1873) fue también el primer Presidente de la Sociedad Paleontológica de Buenos Aires.
Burmeister procedió a enviar el 20 de mayo una carta circular a 80 distinguidos miembros de la elite porteña. La sesión donde fue fundada lleva fecha del 11 de julio de 1866 participando de ella 49 socios fundadores. La Sociedad fue aprobada por Decreto del Superior Gobierno el 6 de Agosto, 1866 siendo designado su Presidente el Dr. Juan María Gutiérrez, en tanto Burmeister se desempeñó como suDirector Científico. Su Estatuto Provisorio fue aprobado el 20 de Noviembre del mismo año, fue asi una de las primeras asociaciones del mundo dedicada a la paleontologia.
Burmeister procedió a enviar el 20 de mayo una carta circular a 80 distinguidos miembros de la elite porteña. La sesión donde fue fundada lleva fecha del 11 de julio de 1866 participando de ella 49 socios fundadores. La Sociedad fue aprobada por Decreto del Superior Gobierno el 6 de Agosto, 1866 siendo designado su Presidente el Dr. Juan María Gutiérrez, en tanto Burmeister se desempeñó como suDirector Científico. Su Estatuto Provisorio fue aprobado el 20 de Noviembre del mismo año, fue asi una de las primeras asociaciones del mundo dedicada a la paleontologia.
Acta de la Sesión del 10/5/1866 donde Burmeister expone sobre el Toxodon
El 3 de junio de 1866, Burmeister le solicita al Ministro Nicolás Avellaneda que apruebe los estatutos de la Sociedad y que otorgue la suma anual de 2000 p.m.c. para impresión de los Anales, a cambio le habrá de entregar al Gobierno de 20 ejemplares de los Anales del Museo Público. Los estatutos fueron aprobados el 30 de ese mismo mes y la suma fue acordada. (AHMACN No. 137).
La Sociedad estuvo activa entre los años 1866 y 1872. Durante el período del 7/8/1866 a 11/3/1868 mantuvo un total de 16 reuniones, a razón de casi una reunión por mes.
El 3 de junio de 1866, Burmeister le solicita al Ministro Nicolás Avellaneda que apruebe los estatutos de la Sociedad y que otorgue la suma anual de 2000 p.m.c. para impresión de los Anales, a cambio le habrá de entregar al Gobierno de 20 ejemplares de los Anales del Museo Público. Los estatutos fueron aprobados el 30 de ese mismo mes y la suma fue acordada. (AHMACN No. 137).
La Sociedad estuvo activa entre los años 1866 y 1872. Durante el período del 7/8/1866 a 11/3/1868 mantuvo un total de 16 reuniones, a razón de casi una reunión por mes.
Formulario impreso para invitar los socios a las reuniones de la Sociedad Paleontológica.
En cuanto a la cuota societaria se resolvió también que los socios contribuyeran con 100 pesos semestrales.
Mas allá de las comunicaciones científicas sobre los descubrimientos que se iban realizando en el muse, el Director científico tenia la obligación de dirigir la publicación de los Anales e informar sobre los progresos científicos en las reuniones mensuales.
La Sociedad tuvo a su cargo el costear la impresión de los Anales y solventar el elevado costo de preparar en Alemania las litografías de las láminas para los Anales, para luego imprimirlas en Buenos Aires. Inclusive con fondos de ella se solventó por un tiempo el honorario del pintor suizo Adolf Methfessel que habría de preparar los diseños de las futuras láminas que le encargaría Burmeister.
La primera entrega de los Anales tuvo un costo de 15.000 pesos, siendo la mitad de la suma solventada por la Universidad de Buenos Aires y el resto por la Sociedad Paleontológica. El imprentero local de las litografías percibió una suma de 1500 pesos., pero mas adelante y a raíz del alto costo de impresión de las láminas en Buenos Aires y al tener problemas con la imprenta, Burmeister decidió imprimir 10 láminas litografiadas en Alemania por un costo de 8.000 pesos.
A raíz de los mayores costos y para poder costear los Anales en 1870 Burmeister le solicitó al Ministro Malaver un abono de $10000 anuales, contra la entrega al Gobierno de 20 ejemplares de los Anales, basándose en un decreto provincial de fecha del 30/6/1866, por medio del cual se establecía que el Gobierno se subscribía a los Anales y Museo le solicita, en base al mismo decreto, el pago de los 2000 pesos como apoyo a la Sociedad Paleontológica para la impresión de los Anales y las costosas láminas de cada entrega (AHMACN Nº 263ª: 25/4/1870).
El gobierno provincial se había comprometido pagar un abono anual de $ 2000, tal como queda comprobado en una nota donde el Ministro Malaver le informa del abono de dicha suma para solventar los gastos de la Sociedad (AHMACN Nº 363: 23/2/1872).
Durante las sesiones mensuales los distintos miembros comunicaban de un modo informal sus descubrimientos y opiniones sobre temas de delfines, ballenas, gliptodontes, peces, cangrejos, lobos marinos, etc. y las Actas de la Sociedad fueron publicadas como anexos de las distintas entregas de los Anales .Durante la dirección de Hermann Burmeister se inició la publicación de los Anales, lo cual le causó muchas dificultades con las imprentas locales a las que encomendó la impresión de los Anales y sus láminas (1).
Ello se hace patente a lo largo del período de 1864 a 1891 al comprobar que cada uno de los tomos fue impreso por una imprenta diferente, a saber:
Anales del Museo Público de Buenos Aires., tomo I (1864-1869 (proemio 20/10/1864). Impreso en la imprenta a vapor (y litografía) de Bernheim y Boneo (calle Moreno, 147).
Anales del Museo Público de Buenos Aires, tomo II (1870-1874) (proemio 18/11/1874). Impreso por la imprenta de “La Tribuna” (calle Victoria nº 31).
Anales del Museo Público de Buenos Aires, tomo III (1883-1891) (proemio 18/01/1883). Impreso por la imprenta de Pablo E. Coni (especial para obras) (Calle Alsina nº 60) que imprimía publicaciones para el Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires.
En los dos primeros tomos, los libreros Antón de Halle (Prusia) y E. Savy (Paris) fueron comisionados por Burmeister para la venta de los Anales, y en el 3er. Tomo fueron Anton y E. Deyrolle de Paris.
Relato del hallazgo de “huesos gigantes de seres humanos”.
Al celebrarse el primer aniversario de la creación de la Sociedad, el Dr. J. M. Gutiérrez describió a los socios un suceso curioso y significativo.
Las dos siguientes anécdotas reflejan el amplio desconocimiento que existía un siglo antes de la creación de la Sociedad Paleontológica de Buenos Aires entre los habitantes locales que ignoraban completamente la existencia de los fósiles pampeanos.
El Capitán D. Esteban Alvarez del Fierro de la fragata de guerra española “Nuestra Señora del Cármen” el 25 de enero de 1766 procedió, con permiso de las autoridades españolas, a excavar los restos fosilizados de un mamífero en la localidad de Arrecifes, teniendo como testigos a los jueces, el escribano, físicos anatómicos y un séquito de vecinos. Dos de los lugares excavados en Arrecifes, donde yacían fósiles fueron caratulados como “sepulcros”….los jueces, escribano y físicos anatómicos juramentados en toda regla, declararon a una, que habían hallado y escavado (sic) sepulcros, y encontrado en ellos huesos gigantes de seres humanos, cuya existencia estaba de acuerdo a la tradición.”
Gutiérrez le recordó a los socios que “el Rey Carlos III, aficionado a las ciencias exóticas, al enterarse que el Megaterium del Museo de Madrid había sido retirado de las márgenes del río Luján, le impartió órdenes a su Ministro Porlier para que le ordenara al Virrey de Buenos Aires que le mandasen un ejemplar vivo de aquellos animales, aunque fuese mas chico (San Ildefonso, 2 /9/1788)”.
Nota
En el Proemio del Tomo II (1870-1874) Burmeister menciona “la necesidad de mandar los dibujos para las láminas á Europa, para dejarlas ejecutar con exactitud y elegancia. Es verdad, no faltan en Buenos Aires talleres litográficos que trabajen bastante bien; pero los artistas de estos establecimientos no están acostumbrados a obras científicas, y por esta razón no salen las pruebas con la perfección necesaria. Pero, mandando los dibujos á Europa, se pierde no solamente mucho tiempo, á lo menos un medio año para los de cada entrega, sino también el artista extranjero carece de la inspección del autor; muchas veces el no entiende bien los dibujos, por falta de conocimiento del objeto, y también en algunas veces por el capricho del artista trabajar según sus propias ideas, y no exactamente según los originales de mano ajena. Así ha sucedido, que me he visto obligado á corregir algunas láminas, y mismo en la última entrega hay errores bastante graves, de esta clase, en ellas........ para dibujar mis propias obras confeccionadas, y mandar las figuras á Europa; al fin autor para describirlas y vigilar la impresión no menos difícil, que la ejecución de las láminas pintadas de otra mano que la mía. Por todas estas circunstancias me veo obligado, desistir de la continuación de estos Anales en el modo principiado. Creo, poder decir, que he trabajado suficientemente, para descansar al fin sobre mis obras.”(1).
(2) Description iconographique comparée du squelette et du système dentaire des mammifères récents et fossiles pour servir de base a la zoologie et a la géologie par H.M. Ducrotay de Blainville... précédé d'une étude sur la vie et les travaux de M. de Blainville; par M.P. Nicard, que fue publicada en Paris por J. Baillière en cuatro volúmenes (in folio) con 323 litografías realizadas por M. Werner, ilustrador del Muséum.
(1) Burmeister, H. 1883. Proemio. Anales del Museo Público de Buenos Aires (18/1/1883).
(2) Podgorny, I. y Lopes, M. M. 2008. El desierto en una vitrina: Museos e historia natural en la Argentina, 1810-1890, Limusa, México: 279 pp.
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