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viernes, 16 de noviembre de 2012

La importación de sabios: los casos de Burmeister, Berg y los científicos alemanes de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba


Hugo P. Castello, 2012.  MACN: en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".


El General Justo José de Urquiza (1801-1870) Presidente de la Confederación Argentina fue el precursor en la contratación de científicos extranjeros. Conciente de la necesidad de incorporar científicos contrató a varios estudiosos europeos con el objetivo de describir el territorio nacional, sus recursos naturales y minerales.
Alfredo Marbais du Graty fue un naturalista y noble aventurero  belga que llegó al país en 1850. Le cayó bien a Justo José de Urquiza, quien lo incorporó a sus fuerzas y ocupó cargos militares bajo su dirección, tocándole luchar en la batalla de Caseros, por lo que  el Congreso le dio grado de coronel de la Nación. Durante el período 1854-1857 fue director del Museo Nacional de Paraná e hizo periodismo, entre otras actividades.

El belga Alfredo Marbais du Graty
Su obra máxima fue la "La Confederación Argentina” que ofrece una descripción minuciosa de nuestro país en los tiempos posteriores a la batalla de Caseros. Su primera y única edición se imprimió en francés en París, en 1859, y recién ahora la Academia Nacional de la Historia acaba de editar la primera traducción castellana completa.
Auguste Bravard habría llegado al país probablemente en 1853, instalándose en Buenos Aires y durante algunos años colaboró con el Museo Público de Buenos Aires ordenando su colección junto con  el Secretario de la Asociación Amigos de la Historia Natural del Plata, Dr. Manuel Trelles.
En tiempos de Sarmiento los planes del gobierno con respecto a los científicos que estudiaban las ciencias naturales en la República eran simples: importarlos. El mejor ejemplo lo constituyó la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba creada por su iniciativa en 1869. Por recomendación de Burmeister la totalidad de sus científicos inicialmente fueron alemanes y un holandés.
Con sus mejores intención, la iniciativa de Sarmiento había fallado en el cálculo de los humores de estos sabios inmigrantes: su obra era valiosa, su predisposición a que los argentinos la conocieran, nula. La distancia entre Buenos Aires y Córdoba y las malas relaciones personales entre  Burmeister y los científicos alemanes fue el detonante, que hizo que la mayoria de ellos fueran despedidos, aunque luego algunos fueron reincorporados en otras instituciones.
Miembros consocios fundadores de la Academia Nacional de Ciencias.  De pié de izquierda a derecha: Pablo Lorents, Carlos Schults-Sellack, Hendrik Weyenbergh.  Sentados: Max Siewert, Augusto Vogler y Alfred Stelzner (Toselli y Rossi, 2008)
Hermann Burmeister fue el ejemplo extremo entre otros, casi amotinado en su museo de la antigua Manzana de las Luces, sin atraer a la gente de la ciudad, ni expandir su conocimiento como profesor. Su obra “Description Physique de la République Argentine d´apres des observations personelles et étrangères (Descripción Física de la Argentina), fue primero editada en alemán, y distribuida en toda Europa, y recién después editada en francés por Coni (1876-1886) en cuatro volúmenes. Su otra obra fundamental “Reise durch die La Plata Staaten” publicada en Halle en 1861, recién fue traducida a nuestro idioma con ayuda de dos de sus hijos en 1943 bajo el título: Viaje por los Estados del Plata (1857-1860). O sea la mayoría de los argentinos y en especial sus autoridades y la clase ilustrada deben haber tenido dificultad para enterarse del contenido de esas obras.
En una declaración poco simpática Burmeister resumió “Si alguien tiene interés en lo que digo, que estudie el idioma en el que está escrita” (Kunstcher, 2007).
Hay que destacar que al momento en que Burmeister llegó al Plata (1861) y durante mas de cuarenta años no existieron en el país naturalistas o expertos locales graduados en las ciencias naturales, con excepción de Holmberg, y por otro lado la universidad tampoco los formaba.
O sea el gobierno no tuvo más remedio que importarlos.
Burmeister se negó repetidas veces a impartir conferencias o cursos universitarios y casi no dejó discípulos. El no podía escribir el español sin errores, le costaba expresarse y era de carácter muy duro. Por otro lado ya hemos mencionado que su obra “La Descripción Física de la República Argentina” primero la editó con sus fondos en alemán en Halle, luego la publicó en Buenos Aires cuando consiguió un traductor, en francés, que era el idioma culto de la clase acaudalada y política argentina en aquella época, pero ciertamente no del resto del pueblo.
Bibliografía:
Kunstcher, L. 2007. El recreo de Holmberg, in: La página de Tomás Abrahams: 29/11/2007.

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