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jueves, 15 de noviembre de 2012

Extracto de la Memoria presentada en 1856 a la Asociación de Amigos de la Historia Natural del Plata, sobre el estado del Museo

Transcripto por  Hugo P. Castello, MACN en comisión en la Fundación  de Historia Natural "Félix de Azara". 2012
Todo el texto que se reproduce a continuación es copia fiel del folleto publicado en "Imprenta El Orden ",Piedad 76. Buenos Ayres. 1856: 27 pp. Se respeta la ortografía de esa época.

La única foto conocida de Manuel Ricardo Trelles, quien fuera organizador de la Biblioteca Nacional, fundador del Museo Histórico Nacional y del Archivo General de la Nación, fue también el Secretario de la Asociación de Amigos de la Historia Natural del Plata. Durante ese período recopiló la escasa documentación histórica existente en el Archivo referida a las primeras décadas de vida del Museo Público de Buernos Aires, y reorganizó sus colecciones científicas.

Museo de Buenos Ayres. Memoria leída en la sesión anual de la Asociación de Amigos de la Historia Natural  del Plata, por el Secretario D-Manuel R. Trelles.

"Señores:

Voy a cumplir con el deber que me impone el Estatuto de dar cuenta a la Asociación del estado del interesante establecimiento que protege, y de todo lo demás relativo a la institución.
Antes de llenar este deber me habría sido agradable presentar una reseña histórica del origen, progresos y decadencia del Museo, para ocuparme después de su renacimiento y prosperidad: pero la fuente en que debí encontrar los datos para ese trabajo la he hallado vacía. El Museo no tiene archivo; los pocos papeles con algunos apuntes, y los documentos que existen en él, están muy lejos de llenar las condiciones necesarias para estudiar su historia.
Desde el 31 de Diciembre de 1823, en que el gobierno, de que formaba parte el Sr. Rivadavia, dio el decreto de creación, hasta el año 1828, no hay documento, ni apunte de ninguna clase relativo a la marcha del establecimiento en los años intermedios.
En 1828 parece que da principio un cuaderno, de ínfima calidad y desordenados asientos, con el original título de "Regalados", en que se hallan los nombres de cincuenta y dos personas que hicieron donaciones al gabinete de Historia Natural, donaciones que ascendieron a solo doscientos catorce objetos en el largo periodo de seis años; y ese cuaderno es el único padrón que conserva los nombres de los protectores del Museo en aquella época, al mismo tiempo que es uno de los muchos comprobantes del abandono de sus encargados.
Desde el año 1833 hasta el 21 de Noviembre de 1835, solo hay un documento, de esta última fecha, por el que se ordena que los útiles, máquinas y todo lo perteneciente a la aula de física se traslade a la Casa de Expósitos. Después, hasta Noviembre de 1842 ningún dato se encuentra entre los papeles del Museo.

En 1842 empieza la colección de notas de remisión de los trofeos de la guerra civil, y de algunos otros objetos, presentados a D. Juan M. Rosas, que él destinaba al Museo. No pasan de ocho, ni de sesenta, fuera de los trofeos, los objetos donados; y ellos, puede decirse, constituyen todas las adquisiciones que hizo el establecimiento en la larga dominación de Rosas.

Un escrito francés que lo visita en 1847, hace una verídica pintura del estado de decadencia en que se hallaba entonces,
"El Museo, dice Mr. de Brossard, se compone de un gabinete de Historia Natural, cuyas piezas se deterioran por falta de cuidado, de una colección de medallas hundidas en el polvo y de algunos objetos con que lo ha enriquecido el General Rosas, y á los que él da un gran valor, porque le han sido donados, ó porque se relacionan á la historia de su gobierno. De ese número son, la máquina infernal y el uniforme que llevaba Rivera en la batalla del Arroyo Grande."
Considerado del punto de vista científico no ha sido más feliz nuestro Museo. Parece que en algún tiempo estuvo clasificada toda, o la mayor parte de la sección zoolójica, pero en su decadencia ha perdido casi todas las clasificaciones, y no se ha encontrado catálogo de ese ramo entre sus papeles. La colección de minerales clasificados en número de 736, tiene el catálogo correspondiente; pero permanece en el idioma en que fue hecho: como si no hubiese sido destinado, desde muchos años atrás, para la instrucción de personas que hablan español; ni se sabe la procedencia de esa colección, ni quien hizo su clasificación y su catálogo, lo mismo sucede con el catálogo descriptivo del monetario, no ha habido quién lo ponga en castellano en treinta y tres años de existencia entre nosotros. Porción de objetos hay en el Museo cuya procedencia se ignora, circunstancia que los hace inútiles. ¿De qué sirven, por ejemplo, muchas muestras de riquísimos minerales que él tiene si no se conocen las minas que los producen? Este es otro cargo que recae sobre sus encargados.
De lo expuesto se deduce que, si no es posible escribir con exactitud la historia del museo, por los datos que en él se hallan, no es menos evidente que la exposición que acabo de hacer es una verdadera historia en que resaltan los hechos siguientes: 1º- que este establecimiento fue creado por la administración ilustrada a que tanto debe la cultura de nuestro país; 2º- que después de su creación tuvo una época en que recibió la protección, no sólo del gobierno sino también de algunos particulares; 3º- que esa época terminó al principiar la administración de D. Juan M. Rosas, en la que llegó al último grado de decadencia y abandono; y 4º- que en una y otra época los encargados del establecimiento no han sido suficientemente laboriosos.
Tal era, Señores, el estado del Museo, cuando, a principios del año 1854, surgió la idea de fomentarlo estableciendo esta Asociación; idea sin ningún mérito ni orijinalidad, como con justicia se ha dicho, por mas que sea hija a del patriotismo que nunca permanece inactivo en las épocas de libertad, que nada permiten estacionario, nada que no sea una prueba de actividad y de progreso.
Esa idea mereció la protección de nuestro Gobierno y de todos los hombres ilustrados que cuenta nuestro país, tanto nacionales como estranjeros. A ellos únicamente corresponde la gloria de esta institución, que contribuirá á enaltecer la época en que ha sido realizada, llenando el fin principal que se ha propuesto de generalizar los conocimientos que enseña la Historia Natural, esta ciencia que ha merecido ser llamada la madre de todas, porque todas tienen en ella su origen y sus fundamentos.
Apenas el decreto superior del 6 de mayo de 1854, que creó la asociación, fue conocida del público empezó el museo a recibir los testimonios de la general aceptación que merecía, dentro y fuera del país, el pensamiento que lo inspiró. De todas partes y de toda clase de personas, recibió cada día esas pruebas. Podría decirse que la naturaleza levantó entonces sus reales y se puso en marcha hacia Buenos Aires á depositare sus ofrendas en el nuevo templo que se erigía para rendir culto á la ciencia.
De ahí sinnúmero de objetos con que se ha enriquecido el Museo, duplicando, en solo dos años, las existencias que le quedaban después de 31 de establecido.
El Museo público de Buenos Aires, a pesar que su principal objeto es la Historia Natural, es sin embargo un Museo general que reúne toda clase de objetos que puedan servir para el estudio de las ciencias, de las letras y de las artes. Puede dividirse en seis secciones, las que actualmente contiene. Las tres primeras correspondientes á los tres reinos de la naturaleza; las dos siguientes de la Numismática y las Bellas artes y la última á varios ramos. Daré cuenta de cada una de ellas separadamente.

Zoología
Esta sección contaba 1475 objetos, en mayo de 1854. De esa fecha acá ha adquirido 2052.Haré una ligera reseña de las diversas colecciones que la forman.
Mamíferos.- De esa colección la parte relativa al hombre presenta algunos ejemplares dignos de particular mención.  La momia de Egipto, rara en estas apartadas regiones, merece el primer lugar. La caja que la contiene está cubierta de inscripciones y jeroglíficos egipcios, por los que, un inteligente paleógrafo, podría decirnos á quien pertenecen esos restos; y si fueron de algún rey, sabríamos que se hizo su corona, valiéndonos de la espresión del poeta español que interrogó a la calavera. Me es sensible manifestar que esta momia se deteriora lenta pero visiblemente; nuestro temperamento húmedo  le es ingrato, y no hay preservativo bastante para neutralizar su acción sobre ella.
los dos pequeños gemelos momiformes son también dignos de mención; su estado de conservación es perfecto: ignoro su historia. La cabeza, cuya parte anterior presenta un tumor óseo ú exostosis, es una pieza patológica interesante. Corresponden también a esta colección algunas piezas anatómicas de cera, y muchas otras naturales, que por su colocación en redomas de cristal no se prestan al estudio, y no han rendido servicio alguno a la ciencia. Para hacerlas útiles, luego que la Facultad de Medicina estableciese el Museo Anatómico, que acuerda su reglamento, deberían pasar a él a recibir una colocación científica y conveniente á los que se dediquen al estudio de las ciencias médicas.
Los cuadrumanos que tiene esta colección son muy pocos en comparación del número de especies conocidas correspondientes a ese orden. Cuenta sólo nueve ejemplares, de los cuales la mayor parte son del Brasil y uno o dos de África.
Tres ejemplares solamente tiene el Museo de la tribu de los vespertilios. La clasificación de éstos y de los anteriores dirá las especies a que pertenecen.
Los cuadrúpedos han sido clasificados en su mayor parte, siguiendo las descripciones y nomenclaturas de Azara, por ser casi todos los ejemplares de esta colección de animales de estos países descriptos por ese distinguido viajero. Luego que esté completa esa clasificación, presentaré a la Asociación el catálogo correspondiente a ella.
Los cetáceos no tienen sino cuatro representantes completos en nuestro Museo, entre los que se halla un pequeño delfín con pico, diferente del de las bocas del Ganges, del que no he hallado descripción especial en las obras de Historia Natural que corren entre nosotros. Este ejemplar debe llamar la atención de los amigos de la ciencia; le acompañan algunos cráneos y picos de la misma especie. Correspondientes al orden de que me ocupo son también muchos huesos de ballena que ha adquirido el establecimiento, entre ellos algunos en estado fósil, remitidos de San Nicolás de los Arroyos por el socio corresponsal Dr. D. Mariano Marenco, interesantes por el lugar mediterráneo en que han sido hallados.
La colección de huesos fósiles no existía en el Museo. Sólo se hallaba en él una pequeña parte de la dentadura de un mastodonte de dientes estrechos, y la parte extrema de la cola de un gliptondon. Posteriormente ha reunido un número bastante crecido de ellos, correspondientes a los géneros megaterium, milodón, mastodonte y gliptodón, hallados en el territorio del Estado. Debo hacer particular recuerdo de los huesos fósiles de Debruge, correspondientes a cuatro especies del género paloplotherium y a tres del género anopletheriurn, presentados por el distinguido naturalista, nuestro socio corresponsal, Mr. Augusto Bravard.
Aves. La colección de aves es una de las más numerosas de esta sección. Contaba 444 pájaros montados, de los que fue preciso eliminar algunos por el mal estado en que se hallaban, y ha adquirido 263 más. Sería largo ocuparse de los raros ejemplares que contiene; y este trabajo exige además un estudio previo muy detenido. Me limitaré a recordar a la Asociación que esta colección debe al patriotismo del socio fundador, D. Manuel José de Guerrico, un aumento considerable de aves del Brasil correspondientes a muy diversas especies que no tenía el Museo. Tiene también esta colección algunos nidos y huevos de muchas especies de aves del país, adquiridos últimamente.
Peces. Los que tiene el Museo son pocos y en mal estado de conservación. Esta colección puede reponerse y aumentarse mucho, sin más que explotar las especies que ofrece nuestro hermoso río.
Mariscos. Se han adquirido algunos muy interesantes. La colección de conchas ha aumentado considerablemente: contaba 585 ejemplares y ha obtenido 660 posteriormente.
Reptiles. Esta colección ha hecho adquisiciones preciosas: entre otras, tres hermosos ejemplares la ampalaba o boa constrictor de las regiones tropicales de la América Meridional.
Insectos. La colección de insectos que tenía el Museo era corta y mal conservada. Posteriormente ha adquirido muy numerosos del Brasil y del país.
Monstruos. Tenía el establecimiento algunos monstruos y ha obtenido muchos más.
He manifestado anteriormente que esta sección no tiene catálogo, y que en su mayor parte ha perdido las clasificaciones que en algún tiempo tuvo. Debo ahora comunicar a la Asociación que el Sr. Bravard se ha ofrecido generosamente a clasificarla, y que ya habría empezado este trabajo si sus atenciones particulares no le demandasen algún tiempo de residencia en la campaña. Espero, pues, que pronto estará en aptitud de emprender esa tarea tan necesaria para el establecimiento.
Al terminar esta sección creo necesario hacer algunas observaciones generales. Los seres destinados a componerla son por ley natural deleznables después de la vida, y todos los preservativos y cuidados que se emplean para conservarlos, el mayor tiempo posible, son pocos para contrastar la ley que los combate. De ahí la necesidad de que esos preservativos sean los más eficaces; y de no proporcionarse de antemano para nuestro Museo, sería preferible no empeñarse en el aumento de esta sección. En primer lugar es necesario que los muebles o armarios para la colocación de las piezas, sean perfectamente trabajados para el objeto, de modo que no permitan la influencia inmediata de la atmósfera ni la invasión de los insectos. Enseguida, la adquisición de un inteligente preparador que, al mismo tiempo que emplee los métodos más eficaces para preservar, tenga extensos conocimientos en el reino animal, para que sus trabajos den vida a la misma muerte. Y últimamente, es de imperiosa necesidad establecer una vigilancia diaria sobre esta sección, para poner un pronto y eficaz remedio en todo caso que induzca a creer que está afectada la conservación de alguno de sus ejemplares.
Para ponernos en camino de conseguir estos objetos, siendo, como es, urgente la necesidad que hay de construir armarios nuevos para el Museo, deberán éstos hacerse propios para recibir las colecciones zoológicas, dejando los que actualmente ocupan para los minerales y otros objetos que no exigen un cuidado tan especial.
Después de este primer paso podría pensarse en proporcionar lo demás.

Botánica
El reino vegetal no tenía ningún representante en el Museo: hoy cuenta 68 muestras, entre las que se incluyen las de madera del Paraguay que prepara el socio honorario Dr. D. José M. Reybaud, de las que ha presentado ya 37 especies clasificadas y descriptas.

Mineralogía
He manifestado ya que esta sección contaba una colección de 736 minerales clasificados, y que el catálogo que la acompaña permanecía en el idioma en que fue hecho. Trataré de traducir este catálogo tan pronto como me sea posible. Además tenía el Museo muchos otros minerales sin clasificar, formando con los anteriores un total de 1013 muestras. Después ha obtenido 782. Este número lo forman en su mayoría las colecciones siguientes: la 1º, remitida por el socio corresponsal, Dr. D. Indalecio Cortínez, compuesta de minerales de la República de Chile; casi todas las muestras de esta colección vinieron clasificadas. La 2º, presentada por el socio honorario D. Ignacio de las Carreras, también de minerales de Chile. La 3º, remitida por el socio honorario General D. Justo J. de Urquiza, de minerales de la Confederación clasificados por el socio corresponsal D. Alfredo M. Du Graty; y la 4º, presentada por D. Antonio M. Alvarez, de minerales del Perú, clasificados por el mismo. Además consiguió el Museo una porción considerable de minerales y petrificaciones entre los objetos presentados por los herederos del Dr. Segurola; pero tienen el defecto de no conocerse las localidades a que pertenecen. También ha reunido muchos del Brasil, de Bolivia, del Paraguay, del Estado Oriental y del Chaco. Todas estas colecciones son preciosas por su número y variedad de las muestras y por la circunstancia de pertenecer en su mayor parte a la América del Sud.
Relativa a esta sección, el socio corresponsal D. Alfredo M. Du Graty ha remitido a la Asociación un ejemplar de su Memoria sobre las producciones minerales de la Confederación Argentina. Traduje esta Memoria y la he presentado al Sr. Presidente de la Asociación. Contiene datos muy interesantes y nuevos sobre la materia que la motiva. Debería hacerse una publicación de ella en nuestro idioma, para contribuir a extender el conocimiento de las riquezas de nuestro país.

Numismática
Esta sección la constituye tal vez la colección más rica de medallas y monedas que se halla en la América del Sud. Cuenta 2641 piezas, de las cuales había en el Museo 2078, y ha adquirido después 562. Puede dividirse esta sección en cinco partes correspondientes a las cinco colecciones que comprende.
La primera la constituye el monetario que llamó "Dufresne de San León", porque fue comprado a este señor por el Gobierno en 1823; su costo 6000 francos. Forman este monetario 1505 medallas de cónsules romanos, emperadores de Roma y del oriente, mujeres, hijos y favoritos de éstos, reyes godos, reyes vándalos, pueblos y ciudades de la Antigüedad, reyes de Sicilia, de Macedonia, de Epiro, de Egipto, de Numidia y Mauritania, de muchas familias romanas, el As romano y sus divisiones. Esta interesante colección fue reunida por el P. Casové durante 60 años que fue guardián de las medallas del Vaticano. Mr. Dufresne las compró a ese anciano, en Italia. Es notable en ella la belleza y conservación de la mayor parte de las piezas, entre las que hay algunas inéditas; muchas son de plata, algunas de vellón, y la mayor parte de bronce. El catálogo descriptivo que acompaña este monetario, fue hecho por Mr. Oberlin, uno de los jefes del gabinete de medallas de la gran Biblioteca Pública de París. Ha traducido este catálogo y actualmente me ocupo en verificar el monetario, pues se hallaban las medallas colocadas en un orden distinto del cronológico que guardan en el catálogo, por cuya razón era imposible verificar ninguna pieza a primera vista. Voy adelantando este prolijo trabajo, cuyas dos terceras partes están vencidas, y espero que a su fin podré manifestar a la Asociación que no son exactas las aserciones que hace tiempo corren, de sustracción de medallas de este monetario. Tengo ya suficientes datos para creerlo así, y lo único que no puedo asegurar es que no hayan sido cambiadas algunas medallas raras por otras de menor mérito. Esto no lo puedo saber hasta el fin de mi trabajo.
La segunda parte de esta sección la forma el monetario del ex-vicecónsul de B. M. B. D. Ricardo Pousset, que este caballero puso a disposición del Gobierno, en 1827, para que lo destinase a la inspección de los aficionados. Contiene este monetario 394 medallas griegas y romanas, de las cuales una es de oro, 166 de plata y 227 de bronce. He hecho la clasificación de 197 de estas medallas; y continuaré este trabajo hasta donde me sea posible. La escasez de obras de numismática que hay entre nosotros me ha hecho suspenderlo para más adelante.
La tercera parte la compone la colección de medallas conmemorativas de personajes ilustres. En el Museo no hay constancia de su procedencia. Según se me ha informado fue comprada por el Gobierno del Sr. Rivadavia, que la trajo de Europa para su uso particular. Consta de 173 medallones, colocados en cuadros de dos vidrios con marcos de caoba.
La cuarta parte la forman las medallas y monedas americanas, que tenía el Museo, unidas a las que ha obtenido posteriormente. Cuenta sólo 72 piezas, de las cuales dos son de oro, 30 de plata y cuarenta de cobre. He hecho el catálogo descriptivo de esta colección, y lo presentaré a la Asociación con los demás trabajos sobre este ramo. Tiene también además esta parte tres billetes de la primera creación del papel moneda de Buenos Aires.
La quinta y última la forman monedas y medallas de diferentes naciones, de las que 21 son de plata, 333 de cobre y 108 asignados de la República Francesa.
Claro está, señores, que esta sección, por el número y variedad de elementos que la forman, tiene un carácter de importancia que no debe desatender la Asociación, para hacerle cumplir el destino que le corresponde.

Bellas Artes
Cinco ejemplares solamente contaba esta sección en 1854. Posteriormente ha reunido 30 más, que, aunque en su mayor parte no tienen mérito artístico, deben sin embargo conservarse como monumentos históricos. Como tales deben considerarse el retrato del Imo Sr. D. Manuel Antonio Latorre, 12º Obispo de Buenos Aires, el del General Béresford y el de los soldados del 60 de Campaña del tiempo de Rosas. Merecen particularmente recuerdo, entre los ejemplares de esta sección, la estatua y el retrato del Barón de Humboldt presentados por el caballero von-Gülich, nuestro socio honorario.

Tapa del folleto impreso de la "Memoria presentada a la Asociación Amigos de la Historia Natural del Plata." Sobre el estado del Museo y demás relativo a la institución por el Secretario de la misma. 1856

Varios ramos
Esta se compone de todos los objetos que no están comprendidos en los anteriores, y que, por los diversos ramos a que pertenecen no pueden todavía formar secciones separadas. Hay, sin embargo, en ella grupos de varios ramos y objetos sueltos muy interesantes. Son de este número: la estatua egipcíaca presentada al Museo en 1843 por D. Tomás Gowland, hoy socio de número; las muestras de mosaico de los pavimentos de varios templos de Herculeano y Pompeya, por el socio honorario Dr. D. José María Uriarte; la colección de vasos y otros objetos de los antiguos peruanos, por D. Antonio M. Alvarez; los mapas geográficos de alto relieve, por el Sr. von-Gülich; las armas y objetos de uso de los salvajes de América, por varios socios y otros señores; y muchos otros objetos que omito enumerar por no fastidiar la atención de los señores socios. "
 Manuel Ricardo Trelles, Secretario del Museo de Historia Natural.

Notas
(1) Se refiere al Delfín del Plata o franciscana, Pontoporia blainvillei, muy abundante, aun ahora en el estuario del Río de la Plata.
(2) Son restos semifósiles de grandes ballenas o cachalotes que copn cierta frecuencia se siguen encontrando en terrenos relativamente alejados del estuario del Plata..
(3) Se refiere a malformaciones en terneros, con dos cabezas y casos similares.
(4) El varón von Gülich, era el cónsul de Prusia ante el gobierno argentino y fue quien habló favorablemente de Burmeister en 1861 para recomendarlo al puesto de Director. El retrato y una estatuilla de Humboldt, el tutor científico de Burmeister, se exhibió en el Museo durante las primeras décadas
(5) Alfredo du Graty fue un investigador y naturalista belga, que intervino en la Argentina en la lucha contra el Gral. Rosas. Se incorporó al ejército de Entre Ríos y en 1851 realizó la campaña contra el ejército sitiador de Montevideo. Intervino en el Pasaje del Paraná y participó de la Batalla de Caseros, donde fue ascendido a teniente coronel. Diputado provincial en 1853. Paralelamente a estos acontecimientos, Du Graty, apasionado por la naturaleza, dedicaba sus mejores momentos a la investigación. Escribió una gran obra “La Confederation Argentine (1850) y Minerales del Paraguay y la República del Paraguay (1862).

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