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jueves, 25 de octubre de 2012

Advertencia sobre el mal caracter de Burmeister

2012.  Hugo P. Castello, MACN:  en comisión en la Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".

Advertencia sobre el carácter de Burmeister

En 1856 el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, Juan María Gutiérrez, y mas tarde recvtor de la Universidad, destacó el interés argentino en mantener relaciones diplomáticas con los Estados alemanes al transmitir al embajador argentino enviado a Berlín, Pablo Gutike, lo siguiente: “Prusia ocupa un lugar de privilegio en las ciencias y en materia de educación. Es por ello que deberá, con los medios que se encuentren a su alcance, tratar de lograr que algunos hombres con capacidad para la enseñanza escolar y universitaria vengan a la Argentina, y a todos los que tengan esta inclinación, asegurarles la protección de nuestro gobierno”.
En el año 1857 llegó a la Argentina el primer enviado oficial de la Unión Aduanera de Alemania: Friedrich von Gülich , en representación de  la unión de estos Estados del Norte de Alemania, ya que en aquel entonces aún no existía un Estado nacional alemán. Von Gülich se convirtió asi, desde 1857 a 1869, en el Cónsul General y Encargado de Negocios de Prusia en los países del Río de la Plata.

El Rector de  la universidad, J. M. Gutierrez, poeta romántico de gran prestigio en aquel momento, entabló un estrecha amistad, mas que todo epistolar,  con el Consul General Friedrich von Gülich, delegado de Prusia,cuando éste estaba radicado por cuestiones de negocios en Asunción del Praguay o en Montevideo, lo que quedó reflejado en uno de los volúmenes del Epistolario (Anónimo). 1990.
Antes que Burmeister llegara al Plata por segunda vez, en 1861, Gutiérrez había recibido una advertencia de  von Gülich, delegado de Prusia, concerniente al difícil carácter del eminente científico:
B. es una persona muy distinguida en cuanto a sus conocimientos, pero como hombre tiene su punto débil-la falta de amabilidad y de tacto- y demasiado orgullo en si mismo. Mas aún, esta infelizmente casado, lo que le agrega un aspecto seco y brusco a su carácter. (Gülich in Auza, 1996: 138).” (Andermann, J....Relics and selves...)
(“B. is a very distinguished man of knowledge, but as a man he has his weaknesses -lack of amability and tact, and too much appreciation of himself. Moreover, he is unhappily married, which adds a dry and brusque aspect to his character”. (Gülich in Auza, 1996: 138) ").

El Museo Público  de Buenos Aires,  el cual recibió, en el período que va de 1826 a 1852 una variedad de denominaciones producto del poco conocimiento que se tenia de el mismo, dependió durante todo ese período de la Universidad de Buenos Aires, que también estaba alojada al  inicio en los claustros del convento de Santo Domingo.
Cuando en Febrero de 1862 Herman Burmeister fue designado para el cargo del director del Museo Público,las colecciones ya habían sido trasladadas a unos locales del predio que ocupaba la Universidad de Buenos Aires (UBA) en el antiguo edificio de la actual Manzana de Las Luces, por lo que, en una primera instancia, el gobierno provincial habría tenido la intención de que continuara siendo un museo universitario, pero, aparentemente, no se le informó a Burmeister al respecto. Este aceptó el cargo de director, sin que se le comunicara esa intención. 
El gobierno provincial a través de un decreto del 5 de Diciembre de ese año estableció que el museo estaría bajo la inspección y dirección del Rector de la universidad, dándole así proyección nacional a un museo provincial.
El 14 de ese mes Burmeister le presentó su renuncia al Dr. José  M. Gutierrez, rector de la UBA, , quien tuvo que interceder y convencer a Burmeister para que retirara su renuncia al cargo, y convenir con él para que continuara al frente del Museo.
Burmeister expresó así claramente su deseo de estar separado del ámbito universitario, y mantener asi la dependencia directas del museo con el poder Ejecutivo Provincial. Quizás su falta de dominio del español y la inmensidad de la obra que tenía por delante en el museo estuvieron en sus consideraciones  al presentar la renuncia, ya que no habría tenido tiempo de hacerse cargo de la docencia en ciencias naturales, que hubiera constituído una obligación extra para él.
A pesar de este encontronazo con el rector de la universidad, las relaciones entre ambos  se mantuvieron cordiales a lo largo de los años y José M. Gutierrez le prestó mucho apoyo posterior a Burmiester y al Museo.
Bibliografía
Anónimo, 1990. Epistolario. Archivo del Dr. Juan Maria Gutiérrez, Bibl. Congreso Nación. Ed. a cargo de R. J. Moglia y M. O. García, Buenos Aires: tomo VII: 383 pp.
Auza, N. 1996 "German Burmeister y la Sociedad Paleontológica
". En: Investigaciones y ensayos, No 46, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia.

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